miércoles, 29 de agosto de 2007

La Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana es el movimiento armado iniciado en 1910 para terminar la dictadura de Porfirio Díaz y que culminó oficialmente con la promulgación de una nueva Constitución en 1917. Aunque los brotes de violencia continuarían hasta finales de la década de los años veinte. El movimiento tuvo gran impacto en los círculos obreros, agrarios y anarquistas a nivel internacional pues la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 fue la primera en el mundo en reconocer las garantías sociales y los derechos laborales colectivos. Se estima que a lo largo de la lucha murieron más de 900 mil personas, civiles y militares.

http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_Mexicana







La R(r)evolución

Jorge Medina Viedas




La revolución que se produjo en México hace 102 años cambió el rumbo del país: a través de sus postulados y de su doctrina, las clases dirigentes transformaron las estructuras de la nación provinciana, hicieron una nación moderna y colocaron a los mexicanos de cara al futuro, cuyo comienzo es el presente, sustento de otro tramo de futuro por imaginar.
En el contexto de la conmemoración del Bicentenario de la gran Revolución francesa, Kissinger le preguntó a Chou En Lai qué pensaba de ella y el gran dirigente chino le contestó una frase que todavía se recuerda en algunas tertulias académicas: “es demasiado pronto para juzgarla”.
Hoy, nosotros no parecemos tener la mesura de Chou En Lai, o al menos no demostramos tener ganas ni tiempo para pensar en al Revolución mexicana. Aquí, hoy, los muertos ya son menos y más los pueblos ausentes de ella.
Hace unos tres días, ante los jóvenes del partido que hizo suyos sus postulados sociales y convirtió en estandarte la ideología constitucionalista en que se cimentó la República, el líder de este partido, Pedro Joaquín Coldwell, expresó que para México el regreso del partido al poder no significa regresión y “siendo fiel a sus raíces, (el partido) tiene la mira puesta en el futuro”.
Uno debe suponer que “las raíces” a que se refiere el dirigente nacional están relacionadas con la Revolución mexicana, el movimiento histórico social que cobijó durante décadas el discurso ideológico de los gobiernos del PRI.
Tendría lógica que así fuera. Pero lo cierto es que es muy poco lo que se recuerda de este suceso, en proporción a las implicaciones y los efectos que ha tenido en el comportamiento de la clase política en general y la vida cotidiana de los ciudadanos.
Parece soslayarse que las revoluciones tienen sus propios legados. Uno de esos legados es la cultura política heredada por los protagonistas de las tres primeras décadas del siglo XX que estremecieron a México, en las que en buena medida se incubaron, recrearon y aplicaron las formas autoritarias y violentas de entender el poder, y que buena parte de nuestra clase política ha recogido fehacientemente.
Los revolucionarios lucharon contra el general Porfirio Díaz pero llevaban el alma del dictador adentro. Calles y Obregón pretendieron mantenerse en el poder, legítima e ilegítimamente; Echeverría y, en alguna medida Salinas, buscaron a su modo las formas de eternizarse en el poder presidencial.
La tentación de relegirse, ya estando en el cargo o no, ha dado lugar a guerras entre las élites, las cuales en sus expresiones más bárbaras provocaron tragedias y heridas que aún perduran y atizan rencores y litigios interminables.
No hay una mejor metáfora de la política mexicana de ayer y de hoy que La Sombra del Caudillo, de Martín Luis Guzmán, la novela revolucionaria por excelencia, (“la novela política más coherente que se haya escrito en México”, escribió Margo Glantz) en la que quedó plasmado el lenguaje de la política mexicana que aún pervive más allá de sus formas sacramentales.
“O nosotros le madrugamos bien al Caudillo, decía Oliver, o el Caudillo nos madruga a nosotros; en estos casos triunfan siempre los de la iniciativa.¿Qué pasa cuando dos tiradores están acechándose pistola en mano? El que primero dispara primero mata. Pues bien, la política de México, política de pistola, solo conjuga un verbo: madrugar”.
De aquella metáfora descarnada de la disputa por el poder en los primeros años posteriores a la Revolución aún queda viva parte de la trama. Es ahí donde se gesta el lenguaje pero también el verbo que simbolizan una forma de conquistar y preservar el poder; es la etapa histórica en la que los hechos hablan a favor de los caudillos, de los presidentes fuertes, por aquellos episodios trágicos que legitiman la necesidad de otorgarles facultades metaconstitucionales y sean elevados a la condición de seres supremos.
Durante décadas, gracias al poder de la Revolución, los ejes del sistema político fueron el partido y el presidente. Nada o casi nada estaba ajeno a sus determinaciones. Por sus antesalas pasaban aspiraciones políticas y destinos y ambiciones empresariales.
Ese presidencialismo fue en realidad un fruto anormal de la Revolución constitucionalista, la cual postuló una democracia liberal. Se pensó que el desarrollo gradual de la democracia llevaría al agotamiento y a la inoperancia y a la falta de legitimidad.
Sin embargo, ni la democratización ni la alternancia han puesto fin a los reflejos autoritarios de la clase política, heredados de los protagonistas de la Revolución mexicana y del porfiriato, por más que desairemos esta interpretación.
En los partidos y en los gobiernos de los diversos partidos, en las instituciones de diverso tipo, dominan oligarquías políticas. Las expresiones dictatoriales en la izquierda son el mestizaje del estalinismo con el caudillismo revolucionario.
Pensar la Revolución no es un acto de nostalgia ni debido a un sentimiento de pérdida. Es una reflexión política por un sentimiento de deuda que debemos tener con ella; es también una reflexión que debemos extender a un punto tal en que la gente reconozca en el presente las huellas del pasado, única manera de evitar los males que de él persistan, y una vía para apresurar nuestra marcha hacia un futuro democrático.

http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9164758


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