martes, 4 de septiembre de 2007

Libros



Significa una estirpe nueva, de síntesis, integral, definitiva, matriz, una quinta raza que funde o fusiona a todas las demás precedentes, al negro, al indio, al mongol y al blanco, hecha con el genio y con la sangre de todos los pueblos, más capaz de verdadera paternidad y de visión universal (...)” (Vasconcelos, 1948: 30). En Iberoamérica surgirá y consumará la unidad por el triunfo del amor fecundo y la superación de todos los divisionismos habidos a lo largo de la historia de la humanidad. “Los pueblos llamados latinos, por haber sido más fieles a su misión divina de América, son los llamados a consumarla. Y tal fidelidad al oculto designio es la garantía de nuestro triunfo” (Vasconcelos, 1948: 27).
El término fue acuñado por José Vasconcelos (1882-1959) y desarrollado ampliamente en su obra La raza cósmica (1925) para designar la raza futura, como producto del mestizaje históricamente emprendido por los latinos, en actitud contraria a la de los sajones quienes han tratado de evitar mezclarse con otras para no perder su pureza. La pugna entre latinidad, representada por castellanos y portugueses, y sajonismo, formado por británicos y holandeses, conlleva dos concepciones antagónicas de instituciones, de propósitos y de ideales.1


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Notas

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